Esta entrada la iba a escribir hace ya unos cuantos días, hoy, por fin la escribo.
Me encanta disfrutar cada momento en los que estoy con vosotros, y es por esto, por lo que me encantaba tanto, en el verano, sentarnos en el césped sin hacer nada, viéndonos las caras.
Porque estuve, justo antes de esos tiempos, castigado dos putos años, y repito 2 años enteros, veranos incluidos.
¿Y que hice en esos dos años?
Salir a escondidas una hora como mucho, con una panda de latino-americanos, y un español que sigue siendo testigo... pero como si no lo fuera. No me molesta el hecho de que sean latino-americanos, eso me da igual, porque lo importante es que son personas, como yo. Lo que me molesta es que no compartían nada de lo que nos gusta con migo... No podía soportar escuchar todo el santo día raggaetón. Y era la misma gente, con la que hacía mi pequeño arte en las calles y polígonos de Fuenlabrada.
Otra de mis diversiones fue el parque de atracciones, me lo pasaba muy bien... Pero solo iba con mis padres. Yo me lo pasaba muy bien, y como teníamos el
Parques Reunidos íbamos siempre que podíamos. A veces me sentía muy avergonzado cuando pasaba una panda de jóvenes por nuestro lado, yo iba con mis padres... Pero eso no quita que me halla pasado bien.
Y lo otro que también hacía es, jugar al ordenador, me pasaba horas jugando, a veces, más de tres horas seguidas, y lo alternaba con las comidas... Y cuando se me acabaron los juegos, a veces, me pasaba algún que otro tiempo, escuchando música mientras veía el escritorio de Windows.
Sé que todo esto suena muy triste, que son cosas por las que la gente se metería conmigo, pero mi situación me llevó a hacer lo que hice.
¿Por qué coño me castigaron? Entre otras cosas por el primer motivo que respondí a esta pregunta:
¿Y que hice en esos dos años?
Y mientras pensaba en gente como en Javi (Rock), en Raúl (del que no sé nada)... Y no fueron escasas las veces que pregunté a mis padres que si podía salir un día... Pues bien, en todas dijeron que no, y la mayoría de las veces, de una forma de esas que te sientes vacilado, como si no dejarme salir fuera lo más normal del mundo.
Aunque me dejaban salir en realidad... Con Testigos de Jehová, con los que no me sentía a gusto. A veces (casi todas) iba yo siguiéndoles a donde fueren, sin decir nada, callado. Hasta que un día, me dejaron de llamar, un día en el que Supuestamente no había planes, a partir de ese día, esa gente, no tenía planes para mí. Pero eso me sentó muy bien... Me ahorré una medía de 20€ a la semana, que es lo que gastaban ellos cada "finde", si no es más.
Y eso creo que es todo, y quiero dar las gracias a Mélani y a Javi, que se que me leen siempre